la semana cuatro de confinamiento en casa por el estado de alarma ha comenzado. Empiezo a notar que las emociones son más extremas, la lágrima fácil pero también el cabreo y la irritación, ha hecho un tiempo espectacular todo el fin de semana y estamos confinados en casa hasta el 25 de abril, después de que el sábado el presidente del gobierno alargará tres, no dos, tres semanas, el estado de alarma. Pronto empezará a haber problemas. Aunque somos conscientes de la importancia del distanciamiento social para paliar , porque erradicar la pandemia es algo que va para muy largo, también somos humanos , confinados en nuestras casas y tratados como criminales cuando ponemos un pie en la calle para salir a hacer la compra o ir a trabajar quien tiene la suerte de poder hacerlo.
Y es que hay muchos , dentro de esos pocos que pueden / deben ir a trabajar, que se alegran de poder hacerlo para así salir legalmente de casa y no volverse locos. Del tema de que es lo que muy arbitrariamente el gobierno considera esencial y lo que no hablaré otro día. Hoy estoy enfadada y se agolpan muchos temas en mi cabeza.
Muy señor presidente del gobierno, espero que usted pueda dormir bien con las decisiones que usted toma, porque a mí me han quitado el sueño. Mire usted que me gustaría mucho más perderlo por las mías , pero hasta eso nos ha quitado usted y quienes le asesoran.
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